Libro: Indicadores Climáticos y Fenológicos del Pueblo Harakbut
Desde finales del 2013, cuando se inicia el proyecto EBA Amazonía, en apoyo a la co-gestión de la Reserva Comunal Amarakaeri, ya sabíamos de la existencia de un joven indígena Harakbut llamado Luis Tayori que hacia todo tipo de investigaciones en las comunidades nativas y dentro de la RCA. Luis es un curioso y como todos los curiosos a él le apasiona conocer, saber y aprender. Sabíamos que estudiaba las plantas y los animales, las costumbres de su pueblo y sus prácticas culturales. Sabíamos que caminaba siguiéndole los pasos a sus ancestros para reconstruir la historia de sus antepasados y sabíamos que le interesaba mucho reconstruir el conocimiento colectivo de su pueblo. EBA Amazonía tomó interés en ayudar a sistematizar su trabajo para mostrarlo al mundo. No fue difícil encontrarlo, pero sí convencerlo. Como buen investigador es celoso de la información que produce, pero con el tiempo la confianza fue creciendo y se generó la oportunidad de trabajar juntos.
En el presente estudio confluyen los intereses de Luis y los intereses de la RCA, que son apoyados por EBA Amazonía: buscamos generar conocimiento y ayudar a las personas a adaptarse a un mundo cambiante y desafiante. En particular queremos saber cómo es qué las plantas, los animales y el bosque en su conjunto contribuyen al desarrollo de los pueblos que habitan allí.
Los Harakbut son un pueblo indígena originario ubicado entre Madre de Dios y Cusco que ha acumulado a lo largo de los siglos, al igual que sus hermanos de otros pueblos amazónicos, innumerables conocimientos que les han servido para hacerle frente a los desafíos que la naturaleza les confiere. Ellos hicieron de las quebradizas y empinadas estribaciones andinas-amazónicas su morada y su territorio y ese agreste terreno moldeo su visión del mundo. Ese conocimiento sobre el territorio Harakbut, o Wendari, nos habla sobre cómo los recursos del bosque, del agua y del suelo se entremezclan y crean mundos paralelos donde habitan animales, personas, plantas y seres mágicos. Han creado un orden de lo que se puede ver, pero también de lo que no se puede ver o tocar y en este estudio se describen estos mundos y el uso de sus recursos de forma sencilla y amena, sin ninguna pretensión y con un profundo sentido de amor a la naturaleza.
Siguiendo las costumbres para generar espacios de transferencia oral de conocimiento de una generación a otra, Luis y los investigadores que trabajaron con él a lo largo de los años han logrado sistematizar información en este documento proveniente de decenas de entrevistas y grupos focales. También han incorporado lecciones aprendidas durante su participación en faenas agrícolas, pesqueras, cacerías y sesiones espirituales. Lo que se destaca en este esfuerzo frente a otras notables investigaciones sobre los Harakbut es la relación y motivación personal de los investigadores con el sujeto de estudio: son sus padres, tíos, abuelos y sus hermanos de comunidades vecinas Harakbut. Son sus bosques, sus ríos y quebradas en las que se bañaban y jugaban de niños, son los animales que aún cazan y los cultivos que siembran y los peces que pescan; en otras palabras, se están estudiando a sí mismos.
Todo esto lo hacen con el profundo reconocimiento de que están frente a gigantescos retos que la humanidad les impone: la incursión de la economía monetaria, la migración, las actividades extractivas de gran escala y más recientemente el cambio climático y los múltiples impactos que éste genera en la sociedad y la naturaleza son los principales agentes de erosión social y cultural que los pueblos amazónicos sufren hoy en día. Entonces éste documento tiene el doble propósito de enseñar y difundir la gran herencia y sabiduría que el pueblo Harakbut acumuló, pero también sirve para rescatar información que está a punto de ser olvidada por el mismo pueblo que la creó. Los sabios y sabias que aportaron su tiempo para responder y enseñar a los autores aún conocen bien su territorio, pero las generaciones más jóvenes están cada vez más alejadas del bosque y del corazón del territorio Harakbut.
EBA Amazonía le pidió a Luis que haga un estudio para la identificación de indicadores climáticos y fenológicos de cultivos y plantas útiles del bosque según la tradición indígena Harakbut. Luis se apoyó en dos personas más: Klaus Quicque y Natividad Quillahuaman. Los tres escribieron este valioso testimonio, que presentamos seguidamente. El resultado final de este trabajo no fue exactamente el esperado, fue infinitamente mayor a lo esperado. En este estudio se detallan varios indicadores tal y cual se había pactado, pero para poder contextualizar la aplicación de ellos los autores han tenido que describir las actividades que realizan y los “mundos” donde las realizan, en ese sentido éste no es meramente un estudio de indicadores sino más bien el testamento de una cultura que junto a sus hombres y mujeres lucha por adaptarse y mantenerse vigente.
Pablo Dourojeanni y Jorge Herrera.
EBA Amazonía Lima, marzo 2017.