A la pandemia del coronavirus se suma la lucha contra la minería ilegal en la comunidad nativa San José de Karene. Sus comuneros y vigilantes comunales desalojaron a un grupo de mineros que se encontraba dentro del territorio comunal.

A través de un patrullaje y bajo su autonomía, los comuneros pertenecientes al pueblo Harakbut intervinieron los campamentos, accesorios y motores de las personas que se encontraban practicando la actividad ilegal en pleno estado de emergencia.

En entrevista para el ECA Amarakaeri, el jefe de San José de Karene, Juan Carlos Arique, aseguró que, a pesar de haber restringido las vías de acceso a la comunidad, los mineros ilegales aperturan nuevas trochas para su ingreso.

“Este problema nos viene afectando desde hace muchos años. La actividad minera ha traído graves consecuencias a la comunidad y ha generado discrepancias. Son terceras personas que entran, se van y dejan en mal estado a la comunidad”, resaltó.

Asimismo, el líder indígena indicó que desde la directiva comunal se viene planificando y concientizando sobre una serie de actividades sostenibles, como la artesanía.

“Desde mi consejo directivo queremos remplazar esta actividad con actividades sostenibles. Como propuesta está la artesanía. Queremos generar y diversificar nuestros ingresos”, aseveró.

CIERRE DEFINITIVO

Ante esta situación, Juan Carlos Arique informó que, por acuerdo comunal, se realizará el cierre definitivo a la comunidad a partir de la próxima semana para evitar la propagación del coronavirus, que podría ser transmitido por los mineros ilegales.

“Estamos prohibiendo el ingreso para que no entre nadie, porque estamos preocupados por los casos que están aumentando. Hacemos un llamado a las autoridades para que vengan a dar charlas”, exhortó desde su comunidad.

Desde el ECA Amarakaeri saludamos las acciones y medidas que están tomando nuestras comunidades socias para proteger sus territorios y el de la Reserva Comunal Amarakaeri. Asimismo, reiteramos nuestro pedido al Estado peruano de velar por la integridad de la población indígena no solo por el COVID-19, sino también por las graves consecuencias que trae consigo la actividad minera.